La atención sanitaria preventiva se centra en las medidas que pueden adoptarse para ayudar a prevenir enfermedades y problemas de salud antes de que se produzcan. Un buen ejemplo de ello es la vacunación. Hoy, en la Semana de la Salud de la Mujer, nos centramos en virus del papiloma humano (VPH) y la vacuna contra el VPH.
El VPH es un virus que se transmite por contacto piel con piel durante las relaciones sexuales. Es la infección de transmisión sexual más frecuente en EE.UU. y las distintas cepas del VPH están relacionadas con la mayoría de los cánceres de cuello de útero, así como con las verrugas genitales y otros problemas de salud. Afortunadamente, existe una vacuna muy eficaz para prevenir la infección por VPH, especialmente cuando la persona se vacuna antes de iniciar la actividad sexual. Actualmente, la vacuna es una de las dos únicas aprobadas vacunas preventivas contra el cáncer.
Los médicos recomiendan la vacunación contra el VPH alrededor de los 11 años, pero cualquier persona de entre 9 y 26 años puede recibirla. Si alguien se vacuna antes de exponerse al virus, la vacuna contra el VPH tiene una eficacia del 97% en la prevención del cáncer de cuello de útero y de los cambios celulares que podrían derivar en cáncer. Además, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos afirma que tiene una eficacia de casi el 100% en la prevención de las verrugas genitales externas. Animamos a las mujeres a que hablen con su atención primaria ginecólogo sobre la vacuna contra el VPH.
Otra medida sanitaria preventiva es el cribado, que sirve para detectar precozmente enfermedades y otros problemas de salud cuando son más tratables. Las pruebas de detección incluyen colonoscopias para el cáncer colorrectal, densitometrías óseas para la osteoporosis y mamografías para el cáncer de mama. Hoy nos centramos en el cribado del cáncer de cuello de útero.
El cribado del cáncer de cuello uterino incluye pruebas de Papanicolaou y de detección del VPH. En ambas pruebas se extraen células del cuello uterino y se envían a un laboratorio para su análisis. Las pruebas de Papanicolaou se recomiendan a partir de los 21 años, independientemente de la actividad sexual, y después cada 3-5 años en función de la edad.
Más del 20% de los cánceres de cuello de útero se dan en mujeres mayores de 65 años, pero estos cánceres rara vez se producen en mujeres que se han sometido regularmente a pruebas de detección del cáncer de cuello de útero (Sociedad Americana del Cáncer). Más información sobre cuándo y con qué frecuencia las mujeres deben someterse a pruebas de detección del cáncer de cuello uterino. Las citologías cervicales se ofrecen gratuitamente a través de Centros de Salud de la ciudad.